Jhon Caicedo
- valvillarreal12
- Nov 20, 2018
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Updated: Nov 21, 2018
De pequeño Jhon optaba por estar solo y en muchas ocasiones dejaba de comer. Sin sospecharlo, una enfermedad mental ya estaba presente en su vida, pero no fue hasta los 21 años que pudo ser diagnosticada.

La primera vez que Jhon Caicedo tuvo que visitar un psiquiatra fue aproximadamente a sus 21 años, cuando la pérdida de un ser querido casi le cuesta su propia vida. En esa ocasión, le diagnosticaron depresión y desde entonces debía seguir un tratamiento con antidepresivos recetados por psiquiatría y recibir psicoterapia.
Encontrar el antidepresivo que se adecuara a las condiciones de su organismo no fue tarea fácil. “Me hicieron varios exámenes y era un paciente que normalmente los fármacos tradicionales o los antidepresivos generales no me funcionaban, entonces me medicaron más fuerte”, comenta, Jhon. El medicamento que le formularon es conocido como Zoloft Sertralina y por lo general es recetado a personas que presentan trastorno depresivo mayor, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de pánico, etc.
Asistiendo a terapias psicológicas se dio cuenta que de pequeño ya presentaba cuadros depresivos, pues durante su infancia en muchas ocasiones prefería estar solo y encerrarse en su cuarto en vez de comer. Jhon recuerda que durante aquella época su madre pensaba que aquello solo eran berrinches y nunca sospechó o relacionó estos sucesos con una enfermedad mental.
Jhon no conoce a su padre, pero creció acostumbrado a la compañía de su abuela. “Yo tenía que levantarme, trabajar, estudiar y llegar a casa a cuidarla, entonces mi vida giraba mucho alrededor de ella”. Sin embargo, a sus 21 años tuvo que afrontar el fallecimiento de esta persona que tanto amaba. A los seis días de la muerte de su abuela, Jhon cumplió años y en vez de una celebración, intentó acabar con su vida.
El día en que intentó suicidarse, por alguna razón Jhon había olvidado los días anteriores, no recordaba el fallecimiento de su ser querido. Es también muy poco lo que recuerda sobre los sucesos que tuvieron lugar cuando trato de acabar con su vida. No obstante, recuerda que ese día bajó las escaleras de su casa buscando a su abuela, también fumó un cigarrillo en el patio y lo último de lo que se acuerda es que tenía una soga en el cuello. Mientras intentaba ahorcarse, Jhon perdió el conocimiento, pero unos amigos entraron en ese momento a su casa y fueron quienes lo llevaron al Hospital.
Antes de aquel acontecimiento, Jhon ya sentía cierta intriga sobre el suicidio consumado o los intentos de suicidio, le llamaba la atención saber que llevaba a las personas a tomar la decisión de acabar con sus vidas.
Después de tratar de quitarse la vida, Jhon quedó con ideas suicidas, dice que en muchas ocasiones pensó en “la muerte perfecta”. Incluso llegó a intentar suicidarse en dos ocasiones más……
Durante su primer intento de suicidio su familia pensó que lo que él había hecho estaba muy relacionado con el dolor que sentía por la muerte de su abuela. Sin embargo, sus seres queridos pensaron que lo que ocurrió la segunda vez con el medicamento sí había sido un intento de suicidio. Aunque, Jhon asegura que él solo buscaba aliviar un poco la depresión que sentía y había decidido tomar más pastillas de la cuenta porque no sentía que las que había ingerido le hubieran hecho algún efecto.
Jhon también piensa que la segunda vez que trató de acabar con su vida pudo deberse a la automedicación que llevaba realizando desde hacía un tiempo. Cuando este joven fue diagnosticado por primera vez, le dijeron que debía tomarse una pastilla diaria del antidepresivo, como él sentía que no le hacía efecto el medicamento, el psiquiatra decidió aumentar la dosis a dos pastillas por día, una en la mañana y otra en la noche. Pero para Jhon esta cantidad tampoco era suficiente, así que comenzó a ingerir más pastillas de las formuladas, llegando a tomar incluso cuatro pastillas al día.
Jhon asegura que una familia no está lista para una persona que ha intentado suicidarse, “El tema para la familia es complicado, igual lo pueden ver a uno feliz, pero ellos tampoco saben que tiene uno en la cabeza y pues ellos también están con el miedo de que en cualquier momento uno vuelva y recaiga”.
Desde hace un año y medio, Jhon ya no toma medicamentos. Duró aproximadamente seis años consumiendo antidepresivos. Él mismo tomó la decisión de suspenderlos, pues cree que estaba volviéndose farmacodependiente y asegura que su caso no es particular, ya que tuvo la oportunidad de conocer en la clínica psiquiátrica donde estuvo interno a otras personas que aseguraban que les había sucedido lo mismo con el antidepresivo, “Todos tenían la misma idea del medicamento, llega el punto donde no te va a hacer nada y lo que te va a hacer es aumentar el problema y no disminuirlo”.
Lo que hace en la actualidad para manejar un poco la depresión es consumir marihuana, asegura que no es un consumidor activo, pero en ocasiones si fuma y cree que le sirve incluso más que el mismo antidepresivo. Jhon tampoco ha vuelto a consultar un psiquiatra o un psicólogo, cree que las personas que pasan por cuadros depresivos pueden salir adelante ellos solos. No obstante, la depresión es una enfermedad y como tal debe ser tratada por las personas capacitadas para este fin, llámense psiquiatras o psicólogos y en muchas ocasiones requiere de medicación para su tratamiento, pues sin esto puede que el paciente no sea capaz de desarrollar su vida con normalidad.
Su familia no sabe que intentó suicidarse en una tercera ocasión, “Preferí callarlo por miedo de nuevamente estar internado o nuevamente me hicieran tomar medicamentos”.
“Cada día me levanto con las ganas de llegar y decir, hoy va a ser un buen día y hoy van a cambiar las cosas, muchas veces no cambian, muchas veces sí, pero entonces sí hay un porqué levantarse todos los días”.
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